Quién no se preguntó alguna vez ¿por qué a esa persona no le
parezco atractivo/a? O también ¿qué le vió a esa chica? ¿Somos lindos o feos?
La belleza es algo de lo que se habla constantemente en la
actualidad. Se habla como si fuera algo absoluto, algo que se puede medir y en
lo que todos estamos de acuerdo, como si se tratara de una simple suma. Pero
esta idea está lejos de la realidad. Veremos que el asunto es mucho mas
complejo y tiene muchísimas variables.
En principio tenemos un factor objetivo que está dado por las
leyes de la evolución. Antes que nada somos animales y hay comportamientos que
escapan a nuestra razón y lógica. Millones de años de evolución han determinado
ciertos comportamientos tanto para buscar y elegir alimento como para la
elección de pareja y la reproducción. Hay múltiples ejemplos de cómo
intervienen distintos mecanismos en este tipo de decisiones. Los mismos pueden
estar guiados por olores, sonidos, colores o formas. Querramos o no estamos
influidos inconcientemente por estos mecanismos. Pero eso no es siempre determinante
y entre los hombres no es el único factor que interviente en este tema.
Existe algo subjetivo que supondremos capaz de manifestarse solamente
entre los seres humanos. Me refiero a la cultura.
Desde niños nos inculcan ideas, conceptos, hacemos juicios de
valor que van moldeando nuestra concepción y valoración del mundo. Vemos e
imitamos el comportamiento de las personas que nos rodean. Aprendemos por
ejemplo que una tabla de madera con patas se llama “mesa” o un elemento de
metal con varias puntas con el que llevamos la comida a la boca se denomina
“tenedor”. Aprendemos también, ya sea en la escuela, a través de nuestros
padres o por medio de la televisión, qué cosas están bien y cuáles están mal. O
cuando crecemos, cuál es el estereotipo de hombre y mujer perfectos. Así, una
mujer rubia, delgada y con determinadas medidas en su cuerpo es “linda”, o un
hombre negro, obeso con cierta ropa será catalogado como “feo”. Esto parece natural
y casi obvio, parece una verdad indiscutible que está aceptada desde siempre.
Pero a poco que empezamos a cuestionar esta idea recordamos que
en alguna época pasada la obesidad era considerada símbolo de belleza; o una
mujer sumisa y obediente tenía muchas más chances de ser bien vista que una con
espíritu rebelde. Son cuestiones subjetivas que dependen en gran parte de
nuestra experiencia a lo largo de la vida y de la interacción con nuestros
semejantes; y en otra parte también de las ideas que logren imponer las clases
dominantes a través de medios de comunicación masivos cada vez más influyentes,
sin olvidarnos de la escuela, la familia, etc.
Además de las cuestiones sociales está el hecho de nuestra
experiencia personal. Así una mujer u hombre que se vista de determinada manera
puede traernos recuerdos lindos o desagradables. Una canción, una comida, un
gesto puede desatar un sinfín de sentimientos e interferir en nuestra opinión
sobre alguien.
Podemos decir a modo de conclusión que la belleza está en parte
determinada por aspectos fisicos y en parte también por aspectos culturales. Cuál
de estos dos factores tiene mayor peso es algo que no podemos definir a ciencia
cierta. Esto varía en cada cultura y en cada individuo. Lo que podemos afirmar
es que a medida que nos alejamos del punto en que el ser humano dejó de estar
dominado por la naturaleza empieza a tener mas importancia el aspecto cultural.
Sin embargo millones de años de evolución no se borran de un dia para el otro.